Parque nacional Chiloé - El paraíso oculto

Entre lo que va de este año y el año pasado he ido unas 4 veces a Chiloé (sin contar la última) y aunque parezca raro y haya andado muchas veces por el sector, nunca había entrado al Parque Nacional Chiloé, nos se bien por qué será.

El asunto es que finalmente lo conocí, en mi último viaje a la isla y junto con  mi querida amiga mexicana en una visita fugaz, recorrimos uno de los senderos del parque, el que es corto (hay otros que son para un par de días) y mientras tratabamos de no resbalar por el musgo, quedamos encantadas con las vistas.

La entrada al parque es un poco decepcionante, hay muchos claros y construcciones, lo que igual está bien porque de eso se trata, de que también haya infraestructura que permita el desarrollo sustentable del tema, se entregue info (en temporada alta) y haya baños...

NOTA IMPORTANTE: no comentan el error nuestro y fijense en el mapa que está a la entrada, es bastante informativo sobre los senderos que tiene el parque.

Despues de unos minutos de caminata se van dejando a trás las instalaciones y nos adentramos (siempre por el sendero) en lo que sería una especie de renoval (bosque nuevo que está creciendo en el lugar donde antaño hubo otro bosque), de vez en cuando vez pequeños senderos que salen desde la via principal, si los sigues verás que te llevan a un claro despejado donde hay instalaciones para picnic (mesa con techo, bancas y un quincho para asados), lo lindo de estos sitios es que son como individuales, no tienes que compartirlo con otros visitantes, porque están aislados unos de otros.


Andando por el camino vas conociendo la naturaleza, vez formaciones de bosques donde la luz no llega a tocar el piso, escuchas uno que otro canto de algún ave y el resto pura quietud. En ciertos tramos de esta parte del camino el sendero está entablado... precioso paisaje y un poco más adelante el mirador del sur, una construcción en madera, elevado unos metros del suelo, para que observes todo a tu alrededor. A nosotras nos tocó nublado, pero en un dia de sol debe verse aún más maravilloso.

Así seguimos nuestro camino, alegando de vez en cuando la falta de información en la vía.. tipos de arboles, animales, etc... hasta que llegamos a la entrada del sendero que nos guiaría a las entrañas del tepual (La formación llamada tepual es un bosque de tepúes que con sus troncos entrelazados forman una maraña que permite que sobre ellos se forme un suelo falso de musgos y epífitas a varios metros del suelo verdadero. Este suelo falso hace que sea muy peligroso transitar por un tepual cuando no se ha advertido su existencia o no se tienen precauciones).

Entrar en el tepual es como entrar en un bosque encantado, ya veíamos que en algún momento se nos aparecía Oberon y Mab (los reyes de  las hadas) o íbamos a ver duendes correteando por ahí... impresionante y sobrecogedor son palabras que podrían describirlo, pero no creo que sean suficientes.... así qeu mejor les dejo algunas de las millones de fotos que tomamos...

El dato práctico: desde la entrada del parque, ida y vuelta, el recorrido no toma más de 1 hora y media, recorrido con calma, tomándose el tiempo para sacar fotos y todo. El recorrido solo por el tepual son aprox 40 a 45 minutos. Puede parecer poco, pero es más que suficiente para darse cuenta de la maravilla natural que es y de lo terrible de su pérdida, ya que se supone que antiguamente cubría casi toda la isla y ahora, por la acción del hombre, se encuentra solo en algunos sectores del parque... lo bueno es que se está regenerando, pero lo mismo hay que cuidarlo.

El parque también tiene otro senderos, que por tiempo no pudimos recorrer, pero que espero visitar pronto y poder darles mas datos.

Saltos del Petrohué

Lo único mejor que viajar, es viajar en buena compañía y nada mejor que hacerlo con una buena amiga.

Así fue como con mi querida amiga Mara nos fuimos al sur por el fin de semana, nuestro primer destino: LOS SALTOS DEL PETROHUÉ.
¿Cómo llegar? super fácil, primero tienes que llegar a Puerto Varas, y seguir el camino que bordea el Lago Llanquihue (manteniendo el lago a la izquierda). Tuvimos al gran suerte de tener un hermoso día de sol, lo que hizo aún más bello el paisaje, pudiendo admirar el Volcán Osorno que nos miraba desde su nevada altura.
En el camino pasas por Ensenada, pintoresco lugar aunque no nos detuvimos más que para sacarnos la respectiva foto con el cartel..jajaja... Después de vuelta al camino, giro a la derecha, después a la izquierda y llegas a lo que se supone es la entrada al Parque Nacional Vicente Perez Rosales, el más antiguo de Chile. En la entrada había una caseta de madera cerrada, supongo que en temporada alta (verano) debe funcionar como un centro de información del parque. Siguiendo por el camino, de vez en cuando el bosque se abre a tu derecha y puedes ver el río Petrohué... maravillossooooooo!!!!
A pocos kilómetros de la entrada del parque (muy bien señalizado) está el acceso a los saltos, por la módica suma de $1.200 (pesos chilenos) puedes maravillarte con la naturaleza, ver los saltos, recorrer los senderos que se adentran en el bosque y observar, observar y no cansarte de observar.... descubrir árboles caídos que siguen con vida, riachuelos y pozas turquesa....
Mi recomendación es ir en la mañana, ya que el sol hace que el agua que pasa bajo el puente de la entrada se vea turquesa (nos dimos cuenta de esto cuando salimos, a eso de las 2 de la tarde, el agua ya no se veía de ese color), caminas un par de metros y el ruido se delata, ya estás ahí, viendo como el agua corre y cae violentamente entre las rocas. Hay un pequeño tur que por 10 mil pesos te lleva en una embarcación por el río hasta el mismo lugar de los saltos... (fuera del presupuesto del viaje, asi que para la otra). Cuando logramos salir de la hipnosis de mirar el agua caer, deshicimos parte del camino para recorrer los demás senderos. El parque, además de la vista de los saltos tiene dos senderos más, que se adentran por el bosque y te llevan a la orilla del rio, a una pequeña laguna o subiendo y bajando para ver las formaciones rocosas y como el bosque se va desarrollando. Es un poco difícil de explicar, al mezcla de verde y café a través de los rayos del sol de la mañana.... único.
Para terminar el dia fuimos a conocer el Lago Todos los Santos (a unos 6 km de los saltos), donde puedes tomar una embarcación a Peulla (eso es al otro lado del lago), dicen que es precioso, lástima que por tiempo no pudimos ir, bueno, será para otra oportunidad.

Almuerzo en el camino, una copa de vino y unos quesitos...mmm.. y de vuelta a Puerto Varas para pasar la noche en el hostal Carla Minte (BBB 100% recomendado!)