Fin de semana en Cerro Viejo


Gracias a los designios del destino, con el Flaco tuvimos la oportunidad de conocer Cerro Viejo, más bien el Parque Ecológico Cerro Viejo, una linda iniciativa de rescate y preservación de un entorno natural que según nos contaron estaba bastante descuidado...

Para llegar a Cerro Viejo hay que primero llegar a Curacaví (en la ruta 68), eso no tiene gran dificultad, lo interesante comienza cuando desde Curacaví comienzas a internarte por la cordillera de la costa. Primero un camino asfaltado en buen estado, con un paisaje campestre en su máximo esplendor en primavera (hacia el verano ya se ve un poco más seco), eso son como 20 kilómetros, después viene el camino de tierra, muy descuidado, de esos que te hace pensar en si tu pequeño citycar aguantará, estrecho y con harta piedra sobresaliente, en fin, dan ganas de tener un 4x4, pero se hace lo que se puede con lo que se tiene (si van asegúrense de llegar conluz de día, de noche imposible).

Después de interminables 6K del mencionado camino de tierra, vez desde la cuesta las instalaciones de Cerro Viejo enla ribera del estero Puangue, bajando el cerro y cruzando un badén del estero ya estas!

¿Qué hay en Cerro Viejo?, bueno, lo típico de un parque ecológico, un centro de estudios y conservación del entorno, con super sistema de reciclaje y tratamiento de residuos, una zona de camping y de picinic (separadas) a orillas del estero, un par de acogedoras cabañas (donde nos quedamos) y aunque no lo crean ... un restorán!!! siiii, donde sirven ricos almuerzos (menú del día) con aperitivo de pisco sour casero incluído, cena y desayuno, obviamente con pan amasado y mermelada y miel de fabricación propia... todo delicioso......mmmmm.....yam...yam...

Y cuando no estás comiendo o disfrutando de una copita de vino en la terraza de la cabaña ¿qué haces?, bueno, hay preparadas varias opciones, como talleres de conservación del medio ambiente, caminatas, paseos a caballo y kayak en una de las posas del estero o también, si nada de eso te llama la atención, puedes pasar el calorcito bañandote en el estero..jejeje

Nosotros llegamos un viernes en la tarde y al día siguiente nos llevaron el desayuno a la cabaña (con un gran esfuerzo de la chica, ya que el terreno es bastante empinado como para subir más encima con una bandeja llena de cosas ricas...), después entes de almuerzo fuimos a conocer a Fernanda, quién se encarga del centro de investigación y amablemente nos contó todo sobre el proyecto, como partió todo (dicen que los dos primeros años solo se dedicaron a sacar la basura que la gente que iba a acampar dejaba en el lugar....) y nos mostró el huerto y el sistema de tratamiento de aguas servidas por medio de lombrices, que deja el agua apta para riego.

Después del "tour" fuimos a tomar el aperitivo (piscosour con empanaditas fritas de queso) a la terraza del restorán.. el almuerzo... también en la terraza... palta reina de entrada y porotos granados!!!!!

En la tarde su merecida siesta (después del mega almuerzo era algo lógico) y tipo 5 fuimos a dar una vuelta en kayak. La poza de los kayaks no es muy grande, pero puedes relajarte y entretenerte sorteando las rocas para no encayar (nso pasó un par de veces) y si tienes suerte también puedes observar las aves que andan en el lugar.

La cena, un asadito en casa de los dueños (como eramos los únicos, nos invitaron para que no estuviésemos solitos) y después a dormir.

A la mañana siguiente desayuno (esta vez en el restorán), guardar nuestras cosas y partir, nos hubiésemos quedado, pero nos dijeron que un grupo de niños de un colegio tenía una actividad allá ese domingo, así que para evitarnos el bullicio, mejor nos fuimos.

Tal vez volvamos nuevamente, a probar que tal el camping en la zona. Pero de todas formas lo remomendamos para una escapada fuera de Santiago y estar en contacto con la naturaleza de vez en cuando.

Fiestas Patrias en las Torres del Paine y Patagonia Camp - DIA 4


Ultimo dia, otra vez a levantarse temprano, tomar desayuno y arriba de la van otra vez, pero ahora ya vamos de vuelta a Punta Arenas, para tomar el avión que nos llevará a Santiago (muuuy a nuestro pesar).

De vuelta pasamos a la Cueva del Milodón (se formó por el movimiento de glaciares y se llama así porque encontraron huesos de milodón en ella, también ahí hacen un festival de cine), simpátic ala cueva, igual vale la pena verla, además se ve todo el paisaje tipico de la patagonia

Después pasamos por Puerto Natales, pero como era domingo en la tarde estaba todo cerrado, compré un magneto y nos fuimos.

Fin del paseo!!!! buuuu (pero no para siempre)

Fiestas Patrias en las Torres del Paine y Patagonia Camp - DIA 2

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6:30 suena el despertador y arriba!, ducha rápida (que ricos los productos de tocador que tienen, son con aloe vera y romero, los jabones y las cremas son espectaculares, el shampoo y bálsamo todavía no los pruebo), vestirse con la mejor ropa de trekking, cargar la mochila con agua y algunas barritas de cereal y salir. El día está perfecto, despejado, claro, tibio y sin viento, desde la ventana de nuestro yurt se ven los Cuernos del Paine.

Vamos al “lounge” a tomar desayuno, algunos de nuestros compañeros de aventura ya están ahí. Voy a servirme un café y por andar mirando el paisaje di vuelta media taza en la mesa y el piso, sin heridos, nada de que preocuparse, una anécdota que pronto será olvidada. Mantequilla de verdad, pan tostado, frutas, queso, pasteles..mmm.. era como para estar tomando desayuno toda la mañana... pero no podíamos quedarnos mucho tiempo, teníamos que ir a buscar nuestro “box lunch” para la caminata.

Pasadas las 7:30 nos subimos a la van y partimos...” es como una hora de camino en auto hasta la hostería” (que es donde parte la caminata) nos dice el guía. Como el día estaba despejado, los paisajes eran aún más lindos, paramos en un lugar donde había una espectacular panorámica de los Cuernos, con reflejo en la laguna incluido, tomamos un par de fotos e incluso se nos acercó un zorro. Todos saltábamos de la emoción por el paseo.

Después de un buen rato de andar en la van, viendo ñandús y vicuñas en el camino, llegamos a la Hostería de las torres (raro, pero es parte de una estancia privada que queda dentro del parque nacional) y ahí empezó todo en serio.

Tomamos los bastones y en fila india empezamos la caminata “vamos a parar cada 50 minutos o 1 horas más o menos”. El primer tramo me dejó con la lengua afuera y una temperatura corporal de unos 70 grados... calooooor.... me había abrigado demasiado, menos mal que me había vestido en capas.

El camino hacia la base de las torres es precioso, hay bosques, precipicios, arroyos, roqueríos y para nuestra suerte hasta algo de nieve, difícil de describir, mejor vean las fotos y juzguen por ustedes mismos.


La caminata es dura, no imposible, pero dura, hay mucha pendiente, roca y tierra suelta, a eso hay que agregar que te demoras casi 4 horas en subir... Lo mejor es disfrutar del paisaje y no mirar el reloj.

Cuando llegas arriba ves recompensados todos los sufrimientos, hay una laguna de esas verde-gris en la base de un roquerío y desde la parte opuesta de donde estás parado, en la otra orilla de la lagunita ahí están, majestuosas, las Torres del Paine. Y como la suerte estaba de nuestro lado (buen clima) no había nubes en la parte de arriba, así que disfrutamos del mejor espectáculo.

Sacamos nuestros sándwich y tuvimos un almuerzo “con vista a las torres”... mejor imposible.



Tuvimos una aparición angelical cuando San Marcelo (nuestro guía) sacó un termo con agua caliente y preguntó si alguien quería un café... aaahhhh!... ha sido el mejor nescafé de mi vida...

Después de comer y de la sesión de fotos respectiva, comenzamos a bajar. Uno siempre piensa que lo que más cuesta es subir, pero en realidad en este caso, lo que más cuesta es bajar. Si antes no te habían dolido las rodillas ahora de seguro más de alguna molestia vas a sentir.

Pero igual vas disfrutando del paisaje y lento pero seguro siempre vas a llegar. El pobre Flaco, con su rodilla hecha añicos (rotura de ligamento cruzado) igual subió e igual bajó, veníamos siempre últimos en el grupo (por nada del mundo dejo al Flaco solo, aunque ganas no me faltaban porque ya me venía medio gritando, yo creo más que nada por el cansancio) . Me dolían las piernas y los pies, en ese momento agradecí andar aparte de las zapatillas de trekking con calcetines especiales, si no, ni les cuento como me hubiesen quedado los pies.

Volvimos a nuestro punto de partida, todos felices y cansados, orgullosos de la hazaña realizada (sobre todo porque el resto del gran grupo ni quiso ir). Después de ir al baño, sacudirnos el polvo y sacarnos el barro de las zapatillas nos subimos nuevamente a la van para volver al Camp. El viaje de vuelta fue eterno, todos cansados, apretados y muertos de hambre (más encima pensando en el asado que nos estaba esperando)

Llegamos pasadas las 21:00, el resto de la gente (los que no fueron a la base de las torres) ya estaban hace rato instalados comiendo. Nos dieron unos minutos para que nos ducháramos antes de cenar, los tomamos, necesitábamos algo de agua tibia en el cuerpo (aunque hubiese sido mejor un baño de tina con sales, pero no había tiempo si queríamos comer)

Después de una rápida ducha, fuimos al comedor para cenar… ay! Nos dolían tanto las piernas que no éramos capaces de caminar para ir a buscar nuestros trozos de asado, pero el Flaco se hizo el valiente y fue por el asado para los dos.

Comimos, tomamos buen vino y de ahí a la cama de nuevo…. dormiiiir

Fiestas Patrias en Torres del Paine y Patagonia Camp - DIA 1

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Son las 04:15 de la madrugada cuando suena el despertador “¿Quién se levanta primero?”, menos mal el Flaco se apiadó (además de verdad que a él le tocaba), salió de la cama y fue hacia el baño. Igual me levanté a medias, fui a la cocina y prendí la cafetera, para después volver a dormitar a la cama. Creo que ha sido una de las veces que menos tiempo nos hemos demorado en el ritual de levantarse, tomar desayuno y estar listos para partir.


El taxi llegó puntual a las 04:45, agarramos nuestros bolsos y bajamos... “..ay! se me queda la parka!!”, así que mientras el flaco subía los bolsos al taxi, yo corrí al depto a buscar la parka, imposible ir a la patagonia sin parka. Nos subimos al taxi, éramos casi los únicos en la calle a esa hora, nos bajamos en el aeropuerto, nos chequeaMos, dejamos nuestro equipaje y esperamos la llamada. Siempre tenemos la suerte de tomar vuelos temprano, que salen antes de las 7 y no alcanzamos a comprar café en el starbucks... buuu.


Embarcamos y salimos a la hora (06:40) en nuestro vuelo hacia Punta Arenas, con parada en Puerto Montt. No fue tan malo eso de la parada en Puerto Montt, lo terrible es que cuando partes de Santiago te dan, en el avión, algún líquido (agua, bebida, café, etc) con el famoso “snack” que consiste en una cajita infeliz que trae un mini alfajor de chocolate, unas galletas de limón y unas galletas saladas de trigo, después cuando continúas el trayecto te vuelven a dar el famoso snack... arrggggg, yo creo que te podrían dar un tapadito, porque a esa hora de la madrugada da hambre...


Siguiendo con el viaje, llegamos a Punta Arenas a medio día, ahí se supone que nos estaba esperando la gente del Patagonia Camp para llevarnos a dar una vuela por Punta Arenas, a almorzar y de ahí al Camp. Bueno, parece que estaban esperando a todos menos a nosotros, porque tuvimos que recorrer el estacionamiento buscándolos hasta que los encontramos acomodando en las vans al resto de los pasajeros... punto en contra y nota para ellos: Jamás dejar la salida de los vuelos hasta haber hecho contacto con todos los pasajeros. Apuesto a que si no los hubiésemos encontrado no se habrían dado cuenta que faltábamos.



Nuestra pasada por Punta Arenas fue breve, menos mal, no me malentiendan, pero no había mucho atractivo y lo mejor era partir cuanto antes a nuestro destino final. En fin, almorzamos en un restorán llamado Puerto Viejo, que en realidad es nuevo, nos gustó, estaba bastante bueno y los precios razonables (razonables para santiaguinos que pueden pagar un fin de semana en el Patagonia Camp...jajajja).









Después de almorzar emprendimos el laaaaargo camino hacia el Lago Toro, que es donde nos quedamos. El paisaje en el camino, a pesar de la llovizna era increíble.

Llegamos cuando ya estaba oscuro, después de registrarnos, fuimos a nuestro yurt (así se llaman las habitaciones, es por el tipo de construcción), que hermosura, daban ganas de quedarse a vivir, estaba calentito, muy bien iluminado, una cama king, habían batas colgadas en el baño... oohh... un sueño. Hicimos reconocimiento del lugar, tomamos un par de fotos de las vistas nocturnas, dimos el respectivo salto a la cama y volvimos a la recepción, para la reunión de introducción, donde se planea la salida del día siguiente.

Entramos al lugar (Que era circular) y genial! Nos estaban esperando con tablitas de queso y frutas... nada mejor después de horas de viaje, nos dieron un pisco sour casero y comenzó la exposición de nuestra anfitriona. Después de preguntar, pelear, rogar y amenazar (no tanto, pero lo habríamos hecho), acordamos que iríamos al día siguiente hasta la base de las torres, que era un paseo no programado, pero con lo que uno paga por ir ahí, más vale que te lleven a donde se te ocurra.


Después de la bienvenida y el pisco sour, pasamos al lounge (comedor) para la cena..mmm... había sopa de choclo verdadero, chupe de centolla de entrada, salmón con un puré con algo verde de plato de fondo y un postre que no se bien qué era pero que estaba muy rico, todo acompañado pro supuesto de un buen tinto. Después de comer a la cama, a dormir, porque al día siguiente hay que madrugar (saliendo 7:30)

Fiestas Patrias en Torres del Paine y Patagonia Camp - DIA 3

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Este día fue muuucho más tranquilo que el anterior, nos levantamos a una hora decente (8:30), tomamos desayuno con calma y partimos nuevamente a la aventura. Ahí vamos de nuevo arriba de la van, los mismos disidentes del dia anterior...jejeje

Primera parada, la entrada del parque, enla oficina de Conaf, donde nos contaron un poco de en qué consistía el parque, los lugares y todo eso con la súper maqueta que muestra todo, súper constructivo y motivante además, para volver de nuevo y hacer otras rutas.

Segunda parada: Lago Grey, donde al fondo se ve el Glaciar Grey y varios témpanos o icebergs que flotan en el lago. Aunque el día no nos acompañó tanto como en el trekking a las torres, igual disfrutamos de una caminata por la playa del lago.. casi podíamos tocar los témpanos!!!! y después una corta subida para llegar al mirador

Después de volver de la caminta por la playa y el mirador.. a comer!!!! (su ya era hora de almorzar), esta vez en lugar de llevar "box lunch" los guías nos prepararon un almuerzo en la van..con super sopita reponedora para la llovizna incluída, que rico!!!!

Después del almuerzo nos llevaron a otro mirador, en el camino quedaba un salto de agua y hasta ahí nomás llegamos... porque nos topamos de ida el grupo que andaba antes que nosotros y ya venía de vuelta porque no se veía nada en el mirador debido al clima. Igual vimos el salto de agua, un rato y después nos devolvimos al camp, para el tecito.

Y después baño de tina con sales.....aahhhh
y después la ultima comida.. sorry... no tengo fotos, pero les aseguro que estaba deliciosa...mmmm..mmmm....