Día de la aventura 4x4
Amanece, despertamos y to
mamos un rico desayuno en el hostal, dejamos nuestro recuerdo respectivo en el libro de Teresa, el Flaco paga y empezamos a dejar Chonchi atrás, destino: Cucao y todas las paradas intermedias.Pasamos por el caserío de Nercón y seguimos hasta que apareció a nuestra derecha el lago Huillinco... que hermoso paisaje, además la vegetación aquí es un poco distinta a lo que habíamos visto, es como más selvática, más densa y más colorida, hay menos campos de talaje de animales, así que
casi solo ves árboles, árboles y más árboles y entre ellos se ve el lago. “Este lugar me gusta le dije al Flaco”. Y así seguimos, parando de vez en cuando para tomar alguna foto, manejamos hasta llegar a Cucao...Que emoción cuando vimos un letrero que decía “CHOCOLATE CALIENTE”, lamentablemente, como la mayoría de las cosas en esta época del año estaba cerrado (el hostal parador de Darwin también estaba cerrado).. doble buuuu. Seguimos entonces por el camino, para ver a donde nos llevaba, pasamos por la entrada del Parque Nacional pero no entramos, lo dejaremos para el verano mejor, y llegamos a la playa, donde habían unas plantas en las dunas bien extrañas, parecían como focas muertas, de noche seguro que alguien que no sabe las confunde con focas, vimos una familia de corderos con sus corderitos. El camino seguía, pero al no saber que había más allá, decidimos dar la vuelta, volver al Lago Huillinco y buscar la entrada al Lago Tepuhueico.Como siempre el GPS nos falló (no hay camino al lago), pero como sabíamos que sí preguntamos y para variar los lugareños mal informados no tenían muy claro el asunto “tiene que devolverse y cuando vea un letrero con un camino de tierra, ahí se mete y sigue el camino” – Pero ¿Cuánto es más o menos?- Ehhh no se” fin de la conversación, por lo menos sabíamos que que
daba más atrás, nos dimos la vuelta, deshicimos parte del camino, encontramos el camino de tierra y lo tomamos, ahí sí que empezó la ventura 4x4..jajaja se notaba que hace tiempo nadie andaba por ese camino y eso que vimos un par de casas por ahí. Seguimos y seguimos, sin saber cuánto faltaba, lo único que teníamos era la indicación del GPS que íbamos camino al lago (por campo traviesa eso sí, porque como no tenía el camino...)Después de un buen rato llegamos a una encrucijada, tres opciones de camino y ninguna indicación, miramos en todas las direcciones, pero cuando la selva chilota se traga el camino, todo parece igual, nos decidimos por uno, el de la derecha… no alcanzamos a andar ni 100 metros cuando nos topamos con un árbol que se había caído y bloqueaba el camino…argg…. No podíamos seguir avanzando y mucho menos dar la vuelta, no había espacio, no tuvimos más alternativa que ir marcha atrás hasta llegar a la encrucijada, el Flaco al volante, mirando por su retrovisor y yo dando instrucciones mirando por el mío “a la derecha…. No te quiebres tanto.. ahora a la izquierda… ya sigue derecho…” jajajaja, pero lo logramos, sin mayores problemas llegamos nuevamente a la encrucijada, bajamos del auto, caminamos por otro de los caminos, pero nada nos daba indicios de cuál era el correcto. No nos atrevimos a seguir y nos devolvimos, no sabíamos la distancia, nos quedaba un poco menos de medio estanque y no había señal de celular… “si venimos en el verano lo intentaremos…”
Llegamos de nuevo a las orillas del Lago Huillinco y nos dirigimos a tomar la Ruta 5 Sur con rumbo hacia Quellón.
Mientras más al sur vas en la isla, más densa es la vegetación, hay menos praderas y más bosques.
En el camino pasamos por varios lagos y caseríos, no me pidan que me acuerde de todos los nombres, mucho menos cuando son pasadas las 4 de la tarde y todavía no haz almorzado y lo único que piensas es “espero que haya comida en el hotel en Quellón”
Cuando llegamos a Quellón, el cielo azul y el sol que nos habías acompañado todos los días anteriores desaparecieron y ese viento tibio que anuncia la lluvia nos hizo temblar de emoción, por fin iba a llover (una de las cosas que queríamos ver era la lluvia en Chiloé, porque en Santiago llueve poco, si al agua que escasamente cae del cielo se le puede llamar lluvia).
De lejos divisamos el hotel que habíamos elegido para quedarnos, amarillo sobre una colina, a la distancia parecía más un colegio que un hotel y al acercarnos seguía pareciendo un colegio (por fuera), entramos y pedimos ver la habitaciones. Sabíamos que la suite tenía jacuzzi y la queríamos (yo llevaba mi bola de burbujas), pero no queríamos parecer desesperados o muy interesados, ya que por supuesto había que pedir un descuento (que es como un deporte de culto del Flaco, yo igual lo apoyo, si no, no iríamos ni a la esquina..jajaja).
Conseguimos el descuento y nos instalamos en la suite, después bajamos para almorzar/cenar. Nada que decir del restorán del hotel, excelente y un muy muy buen precio, por una comida para dos, que en cualquier restorán término medio en Santiago nos hubiese salido casi 30 lukas, pagamos un poco más de 15!
Después de “almorzar” fuimos a dar una vuelta, pero ya estaba oscuro así que no vimos mucho, encontramos la feria a
rtesanal (la mitad de los locales estaba cerrado), de todas formas había buenas cosas e hicimos un par de compras… bueno…. más de un par, ahí ya estaba lloviendo, volvimos al hotel y empezamos a llenar el jacuzzi….jajajja parece que no lo limpiaron bien. Llamamos a la recepción, vino el encargado, vio como estaba y nos dijo que no podía hacer nada, porque la niña de la limpieza se había ido ya y no volvía hasta mañana, pero nos ofreció cambiarnos a la otra suite, bueno, nos cambiamos y llenamos el jacuzzi de nuevo.¿Han tirado un bola para hacer espuma en un jacuzzi?, bueno si no lo han hecho les recomiendo que no la echen toda, es demasiada espuma…jjajajja. Que relax, depués de 3 días de viaje, era justo lo que necesitábamos y mejor todavía si venía con vista a las luces de Quellón…. Precioso. Después bajar a comer y dormir…..
Fin del día 3, recorrida la otra mitad de la isla….
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